Carta a la Comunidad Educativa
¡Holiwi!
¡Por fiiiiin! ¡Estoy de vuelta! Como ya sabéis, estas últimas semanas no he podido publicar tan a menudo como a mí me gusta porque, si un final de curso ya es intenso, súmale un año post-confinamiento y COVID, y unas oposiciones… Jejeje
Bueno, el caso es que ya estoy un poquillo más libre, así que podré volver a dedicarme un poco más al blog y a las redes sociales. Tengo muchas cosas que contaros, así que iré escribiéndoos con cierta frecuencia (aunque no voy a delimitarla, que es verano jejeje).
Os dejo aquí mi carta a la comunidad educativa:
A todxs vosotrxs,
Este curso ha sido durísimo para todo el mundo, pero debo decir que para lxs docentes ha sido también triste y devastador. Empezamos el curso pensando que seríamos una guardería en la que solo enseñaríamos a nuestrxs peques a realizar protocolos de higiene y seguridad. Las medidas que se nos dieron desde Conselleria y Sanidad eran muy exigentes y nos pintaban un panorama completamente desvinculado de los principios educativos y pedagógicos, por no decir completamente contrarios a nuestras metodologías. Para que os hagáis una idea, algunas de las medidas eran:
Distancia de seguridad para todxs lxs peques (1’5m). Es decir, contacto 0 entre ellxs. En primaria todavía lo podíamos concebir si pensábamos en una metodología más tradicional (sentadxs individualmente y cada unx con sus materiales), pero ¿en infantil? ¡Niñxs de 3 a 5 años! ¡¿Estamos locxs?! Eso implicaba impedir todos los aprendizajes importantes de esta etapa: aprender a partir de vivencias personales, experimentar, aprender a través de los sentidos (tocar, probar, oler,…), tener las primeras experiencias sociales entre iguales, desarrollar el juego simbólico,…
Grupos burbuja. Lo que significa que el grupo de 1º no puede juntarse, coincidir en el mismo espacio, tocar los mismos objetos que otro grupo (con el de 2º, por ejemplo). Esto, se suponía, debía cumplirse al dedillo. Por lo que implicaba que cada grupo debía permanecer el máximo tiempo posible en su aula, sin desplazarse a otros espacios del centro, como el comedor, las aulas de las especialidades (música, inglés, el gimnasio,…), baños, etc. Eso sí, en caso de ser indispensable el uso de un solo espacio por dos grupos distintos, implicaba desinfección y ventilación total después del uso del primer grupo y antes del segundo.
Evitar el contacto estrecho. Para evitar contactos entre grupos burbuja y, por tanto, confinar el menor número de personas posibles, en muchos centros nos vimos obligados a eliminar las especialidades. Imaginaos que un docente va a infantil, luego a 1º, luego a 3º y luego a 6º… Eso implicaría confinar 4 grupos en caso de darse un caso positivo en uno de los grupos, solo por el hecho de que un especialista fuera a distintas aulas en un día. Sería un desastre, vaya. Así que todxs lxs docentes hemos hecho funciones que no nos correspondían para suplir las funciones de docentes que no podían entrar en otras aulas, así como otros docentes han tenido que hacer las nuestras porque nosotrxs no podíamos realizarlas en las suyas…
Bueno, hay una larga lista, pero implicaría que os pusiera aquí todo el protocolo y tampoco es mi intención… Como podéis ver, esas 3 medidas, tienen mucha lógica a nivel sanitario y son precisamente de las que más se ha hablado. De la misma forma, tal y como podéis ver, solo con esas tres, se deshacen muchos de los pilares organizativos y pedagógicos de cualquier centro escolar.
No sabéis lo doloroso que ha sido, sobre todo en el primer trimestre, tener que ser “un sargento” dentro del aula para asegurar que lxs peques estaban segurxs. Tener que decir “no” a preguntas como: “¿puedo sentarme con __ para realizar esta tarea?”, “¡yo tengo un lápiz de sobra! ¡yo se lo presto!”, “¿puedo jugar con __?”, “está triste, ¿puedo darle un abrazo?”,… Fue tan y tan duro que más de uno salíamos cada día del cole con lágrimas en los ojos. Todo lo que habitualmente trabajamos (valores como la solidaridad, el compañerismo, el trabajo en equipo, la educación emocional, la empatía,…), debíamos reducirlo o “prohibirlo” para asegurar el bienestar y la salud de nuestrxs peques. Por suerte, poco a poco, las medidas se fueron relajando y empezamos a ver la luz al final del túnel.
Sin embargo, debo decir que lo hicimos todo, como siempre, por y para nuestrxs peques, para crear para ellxs un espacio seguro y libre de contagios. Y, ¿cómo nos respondieron nuestrxs peques? Con una capacidad de aceptación y adaptación brutal, aceptando y comprendiendo las medidas a pesar de odiarlas y aborrecerlas. Nos demostraron que podíamos reír, querernos y seguir aprendiendo lxs unos de lxs otrxs a pesar de todo. Su inocencia y sus ganas de crecer nos hicieron, a lxs docentes, seguir luchando a pesar de estar agotadxs física y psicológicamente.
Solo puedo dar las gracias a mis compañerxs y a mis peques, por demostrar que juntxs podíamos superar este curso, aun cuando al inicio pensábamos que a las dos semanas estaríamos todxs otra vez confinados.
Al resto de docentes, sé que habéis pasado lo mismo, y por eso os envío un aplauso y un fuerte abrazo,
¡GRACIAS POR ANTEPONER SIEMPRE A VUESTRXS ALUMNXS!
¡Un hurra por una profesión que siempre te hace aprender y mejorar como persona!
Me despido hoy con mucha positividad y ganas de empezar un nuevo curso,
Tinnkerie 💙
Comentários